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martes, 15 de febrero de 2011

Renovando la mirada trágica al activismo en redes sociales


Los recientes levantamientos en Túnez y Egipto han permitido ampliar más la reflexión que hacía en una columna pasada desde lo que escribía Malcom Gladwell en “Por qué la revolución no será tuiteada”. Reporteros y ciudadanos del común fueron capaces de difundir con rapidez sus mensajes gracias a las redes sociales; Twitter, especialmente. Egipto es el ejemplo más reciente del abanico de posibilidades que la inmediatez y la posibilidad de conocimiento de la información de primera mano nos abren. Joel Simon destaca varios de estos casos y sus efectos en “A Twitter Revolution for Journalists”.

Pero antes cabe advertir que las posibilidades de comunicación no nos pueden distraer de las verdaderas fuerzas humanas que están en juego, como recalca Adam Weinstein. Aún el mismo Simon dice que el cambio se reduce a un ámbito en particular, el cubrimiento:
“So while the claims of social media as a democratizing tool may well be overstated, what the unrest in Egypt did show are the ways in which social media and Twitter in particular are transforming both media coverage and human rights documentation. For now, that's the real revolution. “
Por eso es sensato no emocionarse haciendo extrapolaciones a todo ámbito. En este punto el argumento de Gladwell permanece vigente: el cambio profundo requiere mucho más que los frágiles compromisos que se adquieren por las redes sociales.

martes, 28 de diciembre de 2010

Una mirada trágica al activismo en las redes sociales

Acabando de leer Por qué la revolución no será tuiteada de Malcom Gladwell siento con más argumentos que la impresión que me dejaron las últimas semanas de trabajo en las calles tienen algo de cierto. El artículo básicamente lo resumo en lo siguiente: la importancia de las relaciones cercanas a la hora de lograr impacto y las falencias de los frágiles nexos construidos a través de las redes sociales para consolidar cambios profundos. Es, por supuesto, la mirada trágica a los efectos de las redes sociales, pero hace parte del juego de tesis y antítesis que los involucrados en diferentes clases de activismo, política y cambio social deben conocer para lograr su síntesis. Mucho se ha dicho de las maravillas de las redes, presento pues algunas citas de este texto que se atreve a hablar de lo contrario:

“el activismo de Facebook triunfa no por motivar a la gente a hacer sacrificios reales sino por impulsarla a hacer pequeñas acciones que no requieren mayor compromiso.”
“El activismo que desafía el statu quo -que ataca problemas profundamente enraizados- no es para los ánimos vacilantes.”
“Internet nos permite sacar provecho de esas conexiones distantes con maravillosa eficiencia. Es magnífico para la difusión de la innovación, la colaboración interdisciplinaria, para relacionar continuamente a compradores y vendedores, y para las funciones logísticas del mundo de las citas. Pero los lazos informales rara vez conducen a un activismo de alto riesgo.”
“Como las redes no tienen una estructura centralizada de liderazgo ni líneas claras de autoridad, enfrentan problemas reales a la hora de alcanzar el consenso y fijar los objetivos. No pueden pensar estratégicamente; son propensas al conflicto y al error. ¿Cómo se pueden hacer elecciones difíciles sobre la estrategia o la orientación filosófica cuando todas las opiniones tienen el mismo valor?”
Corolario: ¿cuándo usar las redes para actuar, cuando usar las jerarquías?
“Pero [las redes sociales son] simplemente una forma de organizarse que favorece los lazos informales a través de los que accedemos a la información, en contraposición a los lazos fuertes que nos ayudan a perseverar frente al peligro. Desvía nuestras energías de organizaciones que promueven cambios estratégicos y actividad disciplinada, hacia aquellos que promueven elasticidad y adaptabilidad. Hace más fácil que los activistas se expresen y más difícil que esa expresión tenga cualquier tipo de impacto.”
Como alguna vez, dentro de su contexto, lo habría dicho Fajardo (“ni uribista, ni anti-uribista”), igualmente me declaro estar ni en contra ni a favor de las redes sociales. Más bien diría que a favor del cambio social, no de los diferentes medios para alcanzarlo.

Pero un argumento irrebatible del texto es el valor de las relaciones cercanas, los “fuertes lazos personales”. Si el otro me fuera lejano, ¿tendría algún sentido la acción? El moverse a cambiar algo provoca una incomodidad que no puede superarse a menos que entienda personalmente la situación ajena que aqueja. Ver fotos o videos en la Web no va a hacerme ver que la realidad del otro es tan cercana a la mía como cuando puedo darle la mano a un damnificado por el invierno, ensuciarme la ropa compartiendo con los habitantes de la calle o entrar en la casa de una víctima de la violencia. En este punto me declaro en contra de la virtualidad.

lunes, 26 de abril de 2010

Política y cristianos

-El mejor coctel para una mala resaca-

Tiempo para dilucidar la realidad que nos presenta aquel infinito. Ya mamado a priori de los discursos religiosos que se levantan/levantarán para tratar de poner las palabras de Dios en términos humanos y mover los intereses de los hombres enganchando la cultura cristiana; fueron propicias estas palabras de un amigo. No nos exigen más estos días que volver a lo básico, simplemente hemos llenado todo de mucha parafernalia y se nos perdió el camino. Comparto la petición de perdón, es que no somos el mejor ejemplo.


Perdón a mis amigos no “cristianos” en este tiempo de elecciones presidenciales por:

- Tanta estupidez que han visto y verán en nombre de Jesús/Dios en este tiempo electoral
- presenciar nuevamente como juegan con los “cristianos” para que voten por otros candidatos porque les tocan temas como el homosexualismo y el aborto (uno de los trucos más antiguos de la democracia y con los que se hacen fáciles nubes de humo)
- -que Todo el mundo puede tener un discurso acerca de esos temas pero son pocos los que son Jesús para ellos, los que respetan, aman y cuidan a los homosexuales y los que en vez de decir si están a favor del aborto , ayudan a madres que quieren abortar a pagar sus deudas o a "levantar" y criar a sus hijos.
- Mirar la paja en el ojo ajeno antes de examinar el tronco en el propio, los índices de divorcio son más altas entre “cristianos”, si, perdón porque no hemos sido esas personas que con sus matrimonios los atraen a vivir como nosotros y nos enfocamos en criticar a parejas en unión libre, “matrimonios homosexuales” u otros, antes de limpiar la ropa sucia en nuestras casas.
- Creer que las acciones de los “cristianos” se limitan por la persona que esté en el mando, sea un “ateo”, tirano, loco, imbecil, etc.., preocupándonos por los planes de gobierno de los candidatos y hasta aprendiéndolos, en vez de recordar los más de 3000 versículos en la Biblia que hablan de la pobreza, injusticia y el necesitado en cada día.
- Tener miedo a que nos “persigan” y por eso votar, cuando Jesús prometió persecución.
- Apoyar planes de guerra y violencia, cuando se nos pidió que diéramos la otra mejilla, la no retaliación y el amor a nuestros enemigos.
- - que Seguro que les gustará encontrar que Jesús rechazaba a tanto hipócrita y fariseo que criticaban y se aprovechaban de los débiles en la sociedad, en vez de ser diferentes de una manera radical y que las personas a través del ejemplo desearan ser como ellos y no con tanta palabrería y discursos religiosos.
- Nos parece mejor alguien que diga creer en Dios, como los que Jesús desecha cuando les dice nunca os conocí (Mateo 7:21-23)
- Nos escudamos en un voto para sentir que hacemos lo que debemos a diario.
- Haber olvidado a Cristo en nuestro “cristianismo”
- No leer la Biblia y aprender que el Cristianismo se esparce más a través de la fascinación y el ejemplo y no por la fuerza, dándoles más razones para no creer en Dios o conocer al Jesús histórico y no el acomodado en discursos propios.
- La imagen que tienen de los cristianos como antihomosexuales, prejuiciosos y hipócritas.
- Querer que se acerquen a Dios por miedo al infierno o con la promesa “mansiones celestiales” y no porque Jesús es bueno, Dies amor y vino por los enfermos y no por los sanos… perdón por creernos los sanos cuando estamos tan enfermos… y perdón por no amarnos como pacientes de un mismo hospital.
- -que nos gustan los fariseos, levitas y sacerdotes más que los buenos samaritanos,
- -que Jesús les dijo a los que nos gustan que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. ( después preguntamos por qué lo mataron)

Por las anteriores y muchas otras razones, les pido perdón esperando que toda la porqueria que verán en los próximos días no opaque aún más la vision que tienen de Jesús que hizo que Gandhi dijera que le gustaba el nuestro Cristo pero no los cristianos…

Con mi más humilde sentimiento, esperando recibir su perdón.

Su Hermano Yamid.

jueves, 22 de octubre de 2009

¿Y cuándo se nos perdió la vida?

“¿Qué estamos haciendo aquí?”, se preguntaba Nicolás Montero, reconocido actor de televisión y antropólogo, “pues viviendo, nos estamos moviendo”. Su llamado era a enamorarnos de la vida, a no dejar que nos aplaste el peso de la cotidianidad. “Consumidos por el hábito”, decía sobre lo que hemos sido. Su propuesta es recobrar el valor de la vida en todos sus sentidos.

El hecho ocurrió el pasado 21 de octubre en ‘Vivir Bueno en Medellín’, una iniciativa de CLICK Afecta tu mundo, del CINEP Programa por la Paz, Universidad EAFIT, Visionarios y la Alcaldía de Medellín. Parte del evento, un conversatorio, la otra, una acción colectiva llamada ‘Encontrémonos para cuidar la vida’ donde se promovía el encuentro y la conversación como acción concreta para construir convivencia y reconstruir seguridad ciudadana, a través de la demarcación del espacio para el encuentro con cintas y huellas. “Estamos ritualizando los espacios de encuentro”, decía Montero.

En el conversatorio participaron Alonso Salazar, alcalde de la ciudad; Salomón Kalmanovitz, reconocido economista; Nicolás Montero, actor, antropólogo y futuro político; Claudia Serna, rectora del colegio Creadores de Futuro; y Jorge Giraldo, decano de la escuela de Ciencias y Humanidades de la Universidad Eafit, como moderador. La idea central: la posibilidad de construir ciudad a partir de relaciones de convivencia. Así, partiendo de refranes populares como “el vivo vive del bobo”, “a papaya puesta, papaya partida”, y “una golondrina no hace verano”, la búsqueda de salidas a una realidad cultural violenta fue el trabajo de todos los asistentes.

Hace algunos siglos, y a veces pasa en estos días, los pensadores disputaban la vida desde dos bandos: soñadores y nostálgicos. Cual disputa política, la madurez trajo el peso de la realidad: el presente es definitivo y es lo único que tenemos. En la vida cotidiana somos lo que somos, si de ella no resulta nada bueno, mucho menos traerá el futuro. Colombia se dañó en algún momento. El daño más reciente parece haber sido por allá en los años cincuentas, aunque la semilla alguien la había sembrado varios años antes. El profesor Kalmanovitz, aún después de sus investigaciones, todavía se pregunta en qué momento se dañó esto. En todo caso, decía Salazar, el narcotráfico empató la cosa unos 30 años después, nos volvió el lío en un asunto cultural profundo, ya no asociado a las creencias políticas e ideológicas, sino metido allá donde están los valores que mueven el actuar diario.

No sé en qué bando estarían los pensadores de aquellos días de daños. Tal vez el imaginario colectivo era nostálgico, amante de tradiciones y realidades de antaño. Arrieros y mulas, días en que bastaba la palabra y la honradez era nuestra carta de presentación. Pero mientras tanto, el presente transcurría en pobreza, ignorancia y deseos de certezas inmediatas y evidentes que nos arrebataban la posibilidad de construir futuro a punta de presente. Rechazando lo que teníamos, nos lanzamos a la búsqueda de un futuro de ensueño, retratado en lo que veíamos en pancartas, noticias y telenovelas. Y así hemos crecido. No obstante, el llamado del Alcalde era a buscar nuevas fascinaciones: “si no hay disfrute de lo más inmediato [y cotidiano], no lo habrá de lo más elaborado”. Por eso para cualquier hombre de clase, de futuro promisorio y oportunidades por doquier, es tan fácil recurrir a atajos y volteretas para saciar los ánimos de más.

¿Qué hago entonces yo, un estudiante más de universidad, 21 años, de muchos sueños, pocos éxitos y todo por hacer? “Lo que está a nuestro alcance”, diría Montero, “una sociedad que le encanta conversar, por ejemplo, ¿por qué no hacer algo ahí?”. Y es que “todos tenemos la oportunidad de educar”, dijo Claudia, “todos somos maestros porque el conocimiento, la educación y los hábitos son cotidianos”. Es una invitación a la reflexión sobre lo que todo el tiempo está pasando.

Es que si no nos lo preguntamos, dejamos que la vida se nos esfume. Por ejemplo, de acuerdo a las cifras que daba Salomón, antes de los años 50’s, las tasas de homicidios en Colombia no pasaban de 8 personas por cada 100,000 habitantes. Eso fue subiendo y por los 90’s llegó a 300 y tantas por cada 100,000 habitantes, en Medellín. Seguramente el Estado no hizo presencia, pero la (i)responsabilidad de la sociedad al violar poco a poco los acuerdos tácitos de convivencia, esos que se viven día a día, llegó a costarnos casi toda una generación de jóvenes.

En todo caso, el asunto es tan bobo y tan obvio que nos pasa por enfrente y ni nos damos cuenta. Lo que con facilidad se expone encuentra una pared en cada uno. Jorge Giraldo lo ponía como que “toda persona tiene algo qué hacer al respecto, que la sociedad en que vivimos sea mejor y que el Estado también sea mejor”. Pero somos expertos en confiarnos de la obviedad y con el descuido se nos pasa el detalle: yo desde aquí ejerzo y creo cultura. Debemos ser concientes minuto a minuto de quiénes somos y cómo nos estamos formando. “Cultura es algo que se debe asumir continuamente, el sitio, el momento, el tiempo en el cuál yo me defino permanentemente”, de acuerdo a Montero. ¿Qué tan fácil será entonces hacerle click a todo el cuento?



martes, 20 de octubre de 2009

Stratagema y realidad

Hay una brecha grande entre la realidad y lo real. La primera es cosa nuestra. La segunda va por su propia cuenta.

Últimamente he estado leyendo con fuerza literatura sobre estrategia. Siendo administrador, un fanático del emprendimiento como actitud y gustoso de poder codear la incertidumbre cada día de mi vida, el tema no puedo dejarlo, simplemente me atrapa. La mayoría de los seres humanos tenemos una mentalidad programática. Me parece triste que nuestro ideal apunte a la racionalidad y la funcionalidad. Nos perdemos la crema del pastel.


La noción de estrategia es contraria a la de programa. El programa es lineal, económico y fijo. La estrategia vive por la incertidumbre. Lo nuevo lo integra y el cambio la alimenta antes que derrumbarla. Es claro que en las situaciones humanas no puede programarse la realidad. La estrategia que se asuma debe estar abierta a todo tipo de miradas y a distinguir las verdades de realidades desconocidas. Esa bestia de lo real no hemos podido comprenderla, apenas cogimos la pata creímos que era como un árbol, firme y sólido, pero no imaginamos que había un cuerpo, unas entrañas y un cerebro que todo lo modificaba. ¿Hasta qué punto el desorden es simplemente nuestra ignorancia? Cuando nada entendemos es el mejor momento para quebrar la realidad que nos sostiene. Duele la caída, pero se alarga la mirada.


Estaba leyendo algo de Edgar Morin y se me ocurrió dejar constancia de que hice la tarea. Algunas de las ideas de estos dos párrafos son de un texto suyo llamado La Complejidad y la Empresa (La complexité, grille de lecture des organization, en Management France, enero-febrero 1986, pp. 6-8). El asunto de la bestia sale de una fábula que cita Henry Mintzberg, uno de esos tesos de la estrategia. El relato, simple y llano, es una cachetada para algunas empresas y personas. Aquí lo dejo:


Los ciegos y el elefante

Por Godfrey Saxe (1816-1887)

Eran seis hombres de Indostán

Muy dispuestos a aprender

Y fueron a contemplar al Elefante

(Aunque ninguno podía ver)

Esperando todos que al observar

Satisfarían lo que era su parecer.


El primero se acercó al Elefante,

Y sin poderlo evitar

Contra su ancho y firme flanco cayó.

De inmediato empezó a bramar:

“Dios me bendiga, pero el Elefante

A una pared se asemeja en verdad”.


El segundo, al palpar el colmillo,

Exclamó: “¡Vaya! ¿Qué tenemos aquí

Tan curvado, suave y afilado?”

Está muy claro para mí

Esta maravilla de Elefante

¡A una lanza se asemeja y es así!


El tercero se aproximó al animal,

Y cuando el azar lo hizo atrapar

Entre sus manos la retorcida trompa

Alzó la cabeza para enunciar:

“Ya veo. ¡El Elefante

a una serpiente se asemeja, sin dudar!”


El cuarto extendió la mano con ansiedad

Y en torno de la rodilla palpó.

“A lo que más se parece esta maravillosa bestia

Es muy evidente para mí”, proclamó:

“Está claro que el Elefante

¡A un árbol s asemeja, cómo no!”


El quinto fue a dar con la oreja,

Él dijo: “Hasta la persona más ciega

Sabe a qué se parece más esto.

Que lo niege aquel que pueda,

Esta maravilla de Elefante

¡A un abanico se asemeja!”


El sexto apenas había empezado

A la bestia a tentear

Cuando la movediza cola

A su alcance acertó a pasar.

“Ya veo”, exclamó, “el Elefante

¡A una soga se asemeja en verdad!”


Y así estos hombres de Indostán

Largo tiempo disputaron a viva voz.

Cada uno tenía su opinión

Aparte de la dureza y el vigor.

Y aunque en parte todos tenían la razón,

¡A la vez todos cometían un error!


Moraleja

Con frecuencia en las guerras teológicas

Los contendientes, imagino yo,

Se mofan en completa ignorancia

De lo que el otro decir pretendió,

Y parlotean sobre un Elefante

¡Que ninguno de ellos vió!



Y para los que gustan del original (más sonoro y fluido):


Six Blind Men and the Elephant

It was six men of Indostan
To learning much inclined,
Who went to see the Elephant
(Though all of them were blind),
That each by observation
Might satisfy his mind.


The First approached the Elephant,
And happening to fall
Against his broad and sturdy side,
At once began to bawl:
"God bless me! but the Elephant
Is very like a wall!"

The Second, feeling of the tusk
Cried, "Ho! what have we here,
So very round and smooth and sharp?
To me 'tis mighty clear
This wonder of an Elephant
Is very like a spear!"

The Third approached the animal,
And happening to take
The squirming trunk within his hands,
Thus boldly up he spake:
"I see," quoth he, "the Elephant
Is very like a snake!"

The Fourth reached out an eager hand,
And felt about the knee:
"What most this wondrous beast is like
Is mighty plain," quoth he;
"'Tis clear enough the Elephant
Is very like a tree!"

The Fifth, who chanced to touch the ear,
Said: "E'en the blindest man
Can tell what this resembles most;
Deny the fact who can,
This marvel of an Elephant
Is very like a fan!"

The Sixth no sooner had begun
About the beast to grope,
Than, seizing on the swinging tail
That fell within his scope.
"I see," quoth he, "the Elephant
Is very like a rope!"

And so these men of Indostan
Disputed loud and long,
Each in his own opinion
Exceeding stiff and strong,
Though each was partly in the right,
And all were in the wrong!

Moral

So oft in theologic wars,
The disputants, I ween,
Rail on in utter ignorance
Of what each other mean,
And prate about an Elephant
Not one of them has seen.



miércoles, 20 de mayo de 2009

Norte, Medios y Sur

Por Ricardo Zapata Lopera

El siguiente comentario surge de Hotel Rwanda (2004), una película del director Terry George. Al final se muestra el trailer.

Los medios de comunicación crean realidades en el mundo globalizado actual. Para una sociedad que tiene su mirada en fronteras más lejanas, los canales que permiten su comunicación deben ser en lo posible libres de distorsiones. Como el entorno de cada persona ya es algo más extenso, pero persiste la dificultad del contacto directo, la realidad se transporta a un plano virtual, donde aquellos con capacidades para incidir en ella ven una nueva fuente de poder. Hace algunos años, cuando la penetración del Internet no era extensa, los medios de comunicación tradicionales eran los encargados de transmitir esta realidad. Al no ser libres, eran susceptibles de manipulaciones y distorsiones. Hoy, aunque esto no ha dejado de ser verdad, el escenario ha cambiado por la posibilidad de acceder a información de diversas fuentes por medio de Internet.

Tomaremos el ejemplo del genocidio de Rwanda de 1994 para discutir cómo un discurso de relación Norte/Sur ha sido motor de varios conflictos en el planeta. De este fenómeno se desprende la importancia que cobran los medios de comunicación. Finalmente, se discutirá cómo el cuarto poder se ve retado por la posibilidad que obtienen las personas de producir mensajes desde todos los puntos de vista.

Hablar de un discurso de relación Norte/Sur es referirse a la comunicación que existe entre la división que el paradigma del proceso de globalización ha creado: un Norte desarrollado, occidental, poderoso y organizado; y un Sur rico en recursos, débil en poder, geográficamente extenso y culturalmente complejo. La relación del Norte con el Sur se vive a través de los medios de comunicación y del poder que se le atribuyen a los mensajes que generan los países del Norte. Esta relación es una consecuencia histórica, ha sido resultado del colonialismo y la independencia política que vino después, eventos que dejaron a los países colonizados en una posición de aparente inferioridad cultural. En este sentido, puesto que los países colonizadores seguían siendo una referencia, se mantuvo cierta dependencia cultural.

A medida que los medios de comunicación se extendieron y ayudaron a entender al mundo como un sistema interconectado, los paradigmas colonialistas se transformaron. Podría decirse muy burdamente que en términos comunicativos el Norte busca del Sur aquello que está de acuerdo a sus intereses, y como su posición de referencia permanece (por eso vemos en la televisión por cable a CNN o BBC World News para conocer lo que ocurre en los países vecinos), pareciera que aquellos mensajes que el Norte produce son los hechos y la realidad que se deben saber del Sur. El Sur por su lado escucha dos versiones, la que mantienen los medios del Norte y otra que reconoce que lo que se dice de él allá no corresponde al panorama completo. Actualmente, gracias a Internet el Sur en su inmensidad ha sido también capaz de producir mensajes que han sido referencia para sí mismo. No obstante, el mayor poder político y económico permanece en el Norte, por lo que el Sur sigue buscando incidir en los mensajes que se escucharán allá.

En el caso de Ruanda podemos decir que en medio del conflicto existe esa relación Norte-Sur. El dominio Belga sobre el territorio en la primera mitad del siglo XX contribuyó a que el conflicto entre los grupos étnicos se agravara. Montaron una monarquía tutsi que gobernó sobre los hutus. Una vez dejaron la tierra en libertad, el conflicto interno permaneció latente. Mientras los habitantes del país lidiaban con tales choques, los países del Norte dejaban atrás la historia que habían compartido con Ruanda y los medios de comunicación se concentraban en otras historias del momento.

En el Norte la opinión pública tiende a centrarse en ciertos elementos coyunturales que viven el país o los intereses que lo tocan, mientras que los gobiernos mantienen sus relaciones internacionales, por lo que no hay un distanciamiento total. En el caso de Ruanda, después de la independencia, los países europeos mantuvieron su incidencia (por ejemplo, Francia era un amigo de los líderes hutus en 1994). Pero la opinión pública olvida lo que sus países han hecho en el pasado y perciben conflictos como el genocidio de 1994 como algo aislado de ellos, simplemente una nueva noticia de los países conflictivos del Sur. Esto ayudó a agravar el conflicto: se buscó salir de él ya que era ajeno, los países del Norte mandaron a sacar aquello que les interesaba (especialmente sus ciudadanos), dejaron lo estrictamente necesario (unas reducidas tropas de la ONU) y abandonaron a los ruandeses mientras estos persistían en aniquilarse unos a otros.

Existe pues en este conflicto un discurso Norte/Sur porque una brecha entre ambos territorios dirige las decisiones. La distinción contribuye también a que las peticiones de una opinión pública con memoria de corto plazo consideren poco la responsabilidad que tienen los países occidentales en los conflictos que se desarrollan en el Sur.

Ahora, se había mencionado que los medios de comunicación construyen para el Norte una realidad que parecen vivir en el Sur. Estos tienen que buscar, en unas pocas palabras, en unos cuantos minutos o en un cuarto de página, decirle a la opinión pública qué es lo que ocurre, cuál es la verdad del asunto y deben crear alguna conexión para que pueda mantenerse la audiencia. La responsabilidad social de los medios de comunicación reside en su papel como creadores de la realidad que el Norte concibe del Sur.

En Hotel Rwanda se pueden destacar algunos puntos que dan cuenta del papel que toman los medios en estos conflictos. Lo primero es que informaban (construían realidad) desde un hotel cerrado a lo que verdaderamente estaba ocurriendo. Esto impedía que desde el exterior se viera la verdad; ésta se limitaba a las declaraciones de algunos involucrados. Un segundo punto es que si se logran captar hechos que dan cuenta de la verdadera realidad, ésta debe condensarse para que sea digerible por un público que no espera un extenso documental sino una píldora informativa. Esto lleva a un tercer punto, lo que se consiga informar debe además competir con todos los otros hechos noticiosos que le interesan al Norte. Por último, una vez todo ha sido condensado en un noticiero de media hora, todas las noticias se convierten en entretenimiento, eventos triviales, no en algo que motiva al cambio sino en hechos que la gente procura conocer para estar solamente enterados.

La forma pues en que el Norte se relaciona con el Sur, por medio de los medios masivos de comunicación, no parece dar pie a que se desarrolle una completa responsabilidad social por parte de estos. La relación costo-beneficio no se compensaría. A pesar de esto, es importante destacar los avances de Internet y sus contribuciones para que todo el mundo sea capaz de conocer con más profundidad lo que ocurre en otros lugares. La capacidad que tiene cada persona para publicar contenidos permite superar la hegemonía completa que ostentaban los medios masivos. Desde 1994, el balance de poderes en la capacidad de informar y las posibilidades comunicativas han sufrido grandes cambios.



Nota:

Los alcances del concepto de Norte y Sur no deben limitarse a la relación que existe entre países. Podríamos llevarlo a lo local y entenderlo como un discurso entre grupos hegemónicos y grupo dependientes.



Referencias

Sánchez Parga, José. (1999). “La comunicación entre norte y sur”. En: Sur y Comunicación, una nueva cultura de la información. Barcelona. Icaria Editorial. Pp. 113-125

Hens, Marián. (1999). “Cómo se informa sobre el sur, del echo a la noticia”. En: Sur y Comunicación, una nueva cultura de la información. Barcelona. Icaria Editorial. Pp. 67-73

Paul Rusesabagina interviewed. http://www.youtube.com/watch?v=_OfbYxKeefM



Hotel Rwanda – 2004