martes, 15 de febrero de 2011

Renovando la mirada trágica al activismo en redes sociales


Los recientes levantamientos en Túnez y Egipto han permitido ampliar más la reflexión que hacía en una columna pasada desde lo que escribía Malcom Gladwell en “Por qué la revolución no será tuiteada”. Reporteros y ciudadanos del común fueron capaces de difundir con rapidez sus mensajes gracias a las redes sociales; Twitter, especialmente. Egipto es el ejemplo más reciente del abanico de posibilidades que la inmediatez y la posibilidad de conocimiento de la información de primera mano nos abren. Joel Simon destaca varios de estos casos y sus efectos en “A Twitter Revolution for Journalists”.

Pero antes cabe advertir que las posibilidades de comunicación no nos pueden distraer de las verdaderas fuerzas humanas que están en juego, como recalca Adam Weinstein. Aún el mismo Simon dice que el cambio se reduce a un ámbito en particular, el cubrimiento:
“So while the claims of social media as a democratizing tool may well be overstated, what the unrest in Egypt did show are the ways in which social media and Twitter in particular are transforming both media coverage and human rights documentation. For now, that's the real revolution. “
Por eso es sensato no emocionarse haciendo extrapolaciones a todo ámbito. En este punto el argumento de Gladwell permanece vigente: el cambio profundo requiere mucho más que los frágiles compromisos que se adquieren por las redes sociales.